viernes, 6 de enero de 2017

Una de amor propio y simulación m.

Todo el contenido de este artículo son opiniones de su autor y, bajo ningún concepto, representan el parecer de todos los integrantes de la escuadra de a.s. en la que se integra.A excepción de cuando se citan expresamente las opiniones de otros, en cuyo caso se trata de interpretaciones personales de los mismos.
Cowboy DespertaFerro

Cada dos por tres vemos por aquí que tal o cual escuadra se ha juntado para entrenarse. Buen dosier de fotos, "me gusta" a gogó, etcétera, etcétera.... Entrenar en airsoft... puntería, agilidad (?), entretenimiento del arma....


Y yo, cuando veo eso de los entrenicos (que también lo hice antaño con aquellos mis anteriores compañeros), pienso que más nos valdría a todos entrenar el orgullo. Entrenar el respeto a uno mismo y a tus iguales, los que tienes en frente.

Y es eso, amados míos, lo que hace que cuando te comprometes a participar en una operación de 24 horas estés -salvo causa de fuerza mayor- trabajando esas horas, ni más ni menos. Por respeto a tí mismo y al que tienes en frente, que espera que tú le proporciones ese humano al que perseguir y disparar.
Es gran felonía abandonar una partida, la organize quien la organize, participe quien participe. Si dices que vas, vas y la juegas hasta el final, haga frío, calor o caigan chuzos de punta. Y si el organizador -por inexperiencia, vagancia, eventualidades, por la razón que sea- la caga, se le da soporte a la partida, se sacan esos planes b que toda chupipandi airsofter miljimerista debe llevar en la manga antes de acometer una operación. Lo que sea, antes de hacer perder tiempo y dinero a todos, y esa sensación tan desagradable de tomadura de pelo.
Luego, con la cabeza fría, ya se determinará las medidas a tomar, y la más contundente siempre es, cuando se detecta mala fe en el que organiza o en alguna escuadra participante, condenar al ostracismo, cerrar el grifo del DINERO y la APROBACIÓN.


En lo que a organizadores respecta, aquí hay un dilema: el miedo a no llenar y la espectativa de ofrecer un buen "producto". Si el organizador, por miedo a no cubrir el cupo, no dice claramente a qué perfil de jugador va a ir dirigido lo que va a crear, ya empezamos mal.
Luego está el tema del "pensamiento Alicia": en casa, frente al televisor último modelo viendo el último vhs-screener de, pongamos, "Lone Survivor"... muchos nos creemos capaces de todo, somos muy bravíos. La realidad, que es muy terca, pone a cada uno en su sitio sobre el terreno... abandonos a gogó, "yo no he venido a andar tanto", "dónde están los todoterrenos", etcétera, etcétera. Mongino hace tiempo escribió un artículo que también detallaba este problema endémico y la decepción y la ira. Y os voy a decir una cosa: si hay buena fe, todo se perdona. Pero, ay cuando se detecta afán de enriquecimiento, vagancia, mundodeyupismo...! Eso es difícil de olvidar.

Hay veces que los organizadores ponen toda la carne en el asador y merecen un agradecimiento. No ocurre así cuando te venden directamente HUMO. Por aquí en Barna hemos tenido algún evento vendido a priori como la milsim más dura de toda Catalunya y al final se quedó en una guionizada de menos de 12h con mucho atrezzo, gente incapaz de manejar lo inabarcable... y a la que cayeron 4 gotas venga ... iros a las tiendas no vayan a mojarse las ptw. Eso sí, patrocinios a gogo. Y al final lo de siempre, "la organización un 10, contad con nosotros para la proximaaaa...." La actitud y franqueza ha de ser bidireccional, de organización a jugadores y viceversa.

La mayoría de las veces son los propios equipos los que sabotean la op. si hay algo que no les cuadra. Me vienen a la cabeza muchas partidas que estaban bien planteadas y terminaron prematuramente por londe siempre, mucho tiempo y dinero desperdiciados. No olvido.
Y eso suele pasar con muchos de los autodenominados "pros": un ego tan desbocado no tolera la mínima contrariedad o innovación, se trata de imponer una idea y, si eso no prospera, pataleo, me enfado y no respiro.
Eso se ve incluso cuando se montan las unidades. He presenciado auténticas peleas por el poder en estas batallitas de chichinabo, y maniobras divertidísimas por no decir bochornosas.



NOTA:
Desconfiar he de toda aquella partida próxima a centros de dispensación de huevos fritos con bacon y demás zarandajas.
Está demostrado que el íbero común sólo saca su instinto criminal cuando tiene el estómago vacío y no existe perspectiva de volverlo a llenar en un tiempo razonable.