martes, 19 de marzo de 2019

Aquí empezó realmente todo

Por aquí en el subsuelo no somos muy dados a los "días de". Día del sida, día de la mujer, día de internet, día de la piruleta.
Dicen que hoy es el día del padre, como si ser padre -o hijo- sólo se fuera una ves al año jojo. Pero bueno, para que vean que por aquí no somos ni tan asociales ni tan hoscos como pareciera, y como mucha gente que nos importa valora el día de San José, haremos una mención a la paternidad, al pater familias, en el contexto que aquí nos ocupa.

Un fría mañana a principios de febrero del año 2014 de nuestro señor, hacedor de todas las cosas, D. Eladio y D. Sousa C.O.A.S., junto a sus hermanos de escuadra, nos engendraron como jugadores de simulación militar. ¿Creen ustedes, que están leyendo esto que digo, en el "día del padre"? Sea. Feliz día del padre, Sousa C.O.A.S. y Eladio, pues.

“Señores, si quieren retos nuevos y experiencias de combate en población o a través de los montes de Bordón, bienvenidos sean a operación CENTAURO 2014. Empezamos una saga, haz por continuarla junto a tu unidad, junto a tus hermanos. Come el polvo y la misma mierda con tus hermanos de unidad     ALTO MANDO

Aquel día todo lo que habíamos hecho tiempo atrás, la trayectoria hasta aquel momento quedó atrás, quedó olvidado, dejó de llamarse "milsim", tal era el potencial que unos cuantos de los allí presentes finalmente fueron capaces de constatar. Aquella operación, en terreno extenso, por bandera el sacrificio y la entrega a las órdenes de Alto Mando como si de palabra de Dios se tratara, estaba planeada para ser despachada en 24 horas sin parar. Al recién parido retoño no le fue fácil venir a este mundo. Los partos humanos son duros.

Hubo que sacar el bisturí, hacer cirujía, extirpar tejido sobrante.

Doce del medio día, comenzó la desbandada de milsimeros de postal y escaparate. Se advirtió durante meses, mas algunos no habían venido a andar tanto ni a sufrir calamidades, ni que emular la guerra fuera un paseíllo y unas fotos en Port Aventura. Aquellos egos y sus velcros de "milsim" se fueron maltrechos a casita, a ver el "Ultimo Superviviente" o "Fuersas Especiales" desde el sofá del salón.

Fue menester así, Dios siempre sabe quienes son los suyos. Quedamos un puñado. A las 2 de la madrugada del día siguiente ya no había enemigo al que batir. Todo terminó, de momento, mas la barrica de vino añejo había sido destapada y saboreada, y algunos no supimos parar. La bestia creció, se sucedieron las ediciones.
 
Que el espíritu aristocrático, el mismo que rige la naturaleza, siga perdurando y prevaleciendo. Que la selección natural siga haciendo su trabajo. Y que al que píe, se le siga enviando al rincón, por piante, no vaya a ser que ponga un huevo. Y al que el monte le pueda y lo admita, con los brazos abiertos se le siga acogiendo, una y otra vez. Mas el que, deshonesto, escurra el bulto y cargue su responsabilidad sobre espalda ajena, más le valiera atarse una piedra de molino al pescuezo y echarse al mar. La idea es pura y largoplacista. La puerta debe permanecer cerrada. Sólo las ratas deciden hacinarse. Aquí somos pocos pero bien avenidos. Mientras estas premisas se mantengan, aquella criatura nacida en los albores de 2014 se hará adulta, un hombre de bien.


Invierno de 2014. Ya amanecido, frente al pórtico de la iglesia templaria de un pueblo a orillas de un río llamado Bordón. Aquella primera edición trabajé en el bando nacional, árido. Aquel aks74u, entonces vivito y coleante, se descalabró meses más tarde en la edición estival, la segunda.
De atrás hacia delante y de izquierda a derecha, con Dña. Esther Medina en el centro: Patrol, Limon, Beector, Oso, Ger, Mongino, Cowboy, Dankodog, Mohicano, Rodríguez, Lince, Rohan.

Estuve con ellos en el bando "nacional". Con ellos fue con quienes comencé a hacer simulación militar, en español y con todas la letras.
Aún hoy tengo a la inmensa mayoría de aquellos hombres, hasta entonces extraños, de esa unidad en gran aprecio, como el perro hace con sus sucesivos dueños: siempre los compara con el primero.