Cowboy DespertaFerro
Se calificó la operación en su primera edición como evento basura, de dudosa calidad. Porque lo fue.
Ahora, tras su segunda edición, vienen el descontento y las quejas de multitud de jugadores serios que -pese a los antecedentes, que no barruntaban nada bueno- acudieron. Natural.
Nada bueno se puede esperar de:
- Un evento supuestamente de simulación militar montado por gente que
apenas ha jugado milsim, y que las pocas que ha jugado son básicamente
del 2015 acá y en el mismo sitio, en su zona de confort endogámico.
- Un evento supuestamente milsim, organizado por personas con antecedentes de abandonar -un par de añitos antes- a las pocas horas una operación en terreno agreste en cuanto se les exige algo de esfuerzo (Invierno de 2014), pese a que se avisó por activa y por pasiva de que aquella partida extrema de 24h iba a ser dura de cojones.
- Un evento presuntamente milsim organizado por personas que carecen de experiencia en montar este tipo de berenjenales.
- Un evento presuntamente milsim montado por gentes que de forma manifiesta gustan de cazar patrocinadores, algunos de ellos polémicos (cuando no de dudosa catadura).
- Un evento montado por gente que, aún pese a su ineptitud manifiesta, no duda en admitir en la operación a centenares de jugadores -previo pago-, con la dificultad que entraña bregar con multitudes.
- Un evento montado por personas que, cuando se les señala lo que han hecho mal, se ponen a la defensiva con soberbia. Y que, cuando esto es ya escandaloso, se arrancan con el manido "de los errores se aprende" y entonan un mea culpa vano. Gente que no comprende que los experimentos -en todo caso- se hacen con gaseosa y gratis, no a 40 ó 50 euros por barba, y que el personal no está para andar perdiendo el tiempo (que también es dinero) a merced de delirios de incapaces.
- Un evento montado por una asociación supuestamente sin ánimo de lucro, pero con precios que diríase son de lucro, precios de empresario, donde hasta las camisetas se cobran y donde todo aquel que pague es aceptado, sin importar perfil y antecedentes.
Y todos estos factores se dieron cita aquí. Y pasó lo que pasó.
Hablo, como no, de la saga Libre Hidalgo y esos sus organizadores, que flaco favor hacen al cuerpo de cuyo nombre hacen vana ostentación. Hablo de camponegocio Serraconya a poco más de 5 ó 10€ de coste por barba (el resto de la mordida juraría que es casi todo beneficio). Hablo de mamandurrias y pesebres, de compadreos con tenderos de dudosa reputación, a 50€ el kilo de milsim.
- Un evento supuestamente milsim, organizado por personas con antecedentes de abandonar -un par de añitos antes- a las pocas horas una operación en terreno agreste en cuanto se les exige algo de esfuerzo (Invierno de 2014), pese a que se avisó por activa y por pasiva de que aquella partida extrema de 24h iba a ser dura de cojones.
- Un evento presuntamente milsim organizado por personas que carecen de experiencia en montar este tipo de berenjenales.
- Un evento presuntamente milsim montado por gentes que de forma manifiesta gustan de cazar patrocinadores, algunos de ellos polémicos (cuando no de dudosa catadura).
- Un evento montado por gente que, aún pese a su ineptitud manifiesta, no duda en admitir en la operación a centenares de jugadores -previo pago-, con la dificultad que entraña bregar con multitudes.
- Un evento montado por personas que, cuando se les señala lo que han hecho mal, se ponen a la defensiva con soberbia. Y que, cuando esto es ya escandaloso, se arrancan con el manido "de los errores se aprende" y entonan un mea culpa vano. Gente que no comprende que los experimentos -en todo caso- se hacen con gaseosa y gratis, no a 40 ó 50 euros por barba, y que el personal no está para andar perdiendo el tiempo (que también es dinero) a merced de delirios de incapaces.
- Un evento montado por una asociación supuestamente sin ánimo de lucro, pero con precios que diríase son de lucro, precios de empresario, donde hasta las camisetas se cobran y donde todo aquel que pague es aceptado, sin importar perfil y antecedentes.
Y todos estos factores se dieron cita aquí. Y pasó lo que pasó.
Hablo, como no, de la saga Libre Hidalgo y esos sus organizadores, que flaco favor hacen al cuerpo de cuyo nombre hacen vana ostentación. Hablo de camponegocio Serraconya a poco más de 5 ó 10€ de coste por barba (el resto de la mordida juraría que es casi todo beneficio). Hablo de mamandurrias y pesebres, de compadreos con tenderos de dudosa reputación, a 50€ el kilo de milsim.
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